Los 800 años de universidad han marcado la ciudad de Salamanca con el ambiente estudiantil a lo largo de la historia, y esto a veces trae consigo algunas tradiciones que por extrañas que parezcan son reales. Hoy os contaremos la historia del lunes de aguas y el Padre Putas (sin coma entre medias).
Los tiempos han cambiado, y la imagen de los estudiantes de hoy en día es muy diferente a como lo eran en la edad media. Si bien hoy en día los estudiantes son personas como cualquier otra con más bien poco dinero en el bolsillo, en el siglo XVI los estudiantes eran personas de alto poder adquisitivo que movían a su alrededor toda una industria y una sociedad para mantenerlos.
Pues si hoy en día las fiestas universitarias ya son tan relevantes que pueden atraer hasta a 35.000 personas en un solo día en aquel tiempo la industria del ocio en salamanca con estudiantes, que además tenían dinero trascendía las líneas de lo que se pueda escribir. Se ha llegado a describir a salamanca como una Sodoma o Gomorra. El alcohol, los bares de alterne y la prostitución alcanzaban números escandalosos al nivel de lo que hoy en día se esperaría encontrar en ciudades como las vegas, pero en la época medieval.
En este último caso la situación era tan escandalosa, que cuando el rey Felipe II visitó la ciudad para casarse y se encontró semejante espectáculo decretó que las prostitutas debían abandonar la ciudad durante el periodo de cuaresma y no podían acercarse bajo ningún concepto para volver el lunes siguiente de que la semana santa terminará.
En este momento nace el lunes de aguas. Es el lunes en el que las prostitutas volvían a la ciudad, después de pasar un mes y medio en la otra orilla del rio. Ese día los estudiantes iban a recibirlas con vino y comida (habitualmente hornazos) invitándolas a beber y comer. Durante este evento aparece la figura de el Padre Lucas, apodado Padre Putas por los estudiantes quien se encargaba de cruzar el rio en una barca con las mujeres.
La fiesta, marcada por el alcohol y el sexo terminaba en un baño en el rio por parte de los participantes que celebraban el final del periodo de penitencia religiosa, o al menos hasta hoy esto es lo que se cuenta…
Hoy en día la fiesta se ha transformado en una fiesta de campo durante una jornada no laborable que celebran tanto los estudiantes como las familias juntándose para comer y beber, los jóvenes a la orilla del rio y las familias en sus casas o el campo.